Reservorios ambientales del Mycobacterium leprae


por Patrícia D. Deps,

Departamento de Medicina Social, Programa de Posgrado en Enfermedades Infecciosas, Universidade Federal do Espírito Santo, Vitória, Espírito Santo, Brasil.

João Marcelo Antunes,

Universidade Federal Rural do Semi-Árido, Hospital Veterinário Jerônimo Dix-Huit Rosado Maia, Mossoró, Rio Grande do Norte, Brasil. 

y Simon M. Collin.

Public Health England, Londres. Reino Unido.

Las dudas sobre el hecho de la hanseníase transmitirse exclusivamente de persona a persona son bastante antiguas. En el II Congreso Internacional de hanseníase en 1909, fue sugerida la posibilidad del M. leprae existir en el suelo y en los animales, y transmitirse a los seres humanos. La hanseníase se considera una zoonosis en los Estados Unidos¹,  con casos esporádicos que se producen por contacto directo con armadillos salvajes 2,3  o por trabajo en áreas habitadas por armadillos4 Muestras ambientales han demostrado que el M. leprae y el M. lepromatosis puede persistir en el suelo y el agua de los hábitats animales y en las zonas pobladas endémicas de hanseníase.

Suelo, agua y M. leprae con otros microorganismos

Tanto el M. leprae como el M. lepromatosis pueden ser encontrados viables, en el ambiente, especialmente en el suelo y el agua de los lugares donde la enfermedad es endémica, 6-8 pero la importancia de la contaminación ambiental en la transmisión de la enfermedad todavía no está bien establecida, y pruebas de una mayor prevalencia de la hanseníase en las personas que utilizaban agua contaminada por el M. leprae es probablemente la causa inversa. 9

Fue identificada la coexistencia de M. leprae con Acanthamoeba sp., protozoarios de vida libre, lo que sugiere la supervivencia sostenida del bacilo causante de la hanseníase en el medio ambiente. 10 La importancia de los protozoarios infectados por M. leprae en la transmisión de la hanseníase es todavía desconocida. 11,12

Anfibios y artrópodos

Desde mediados del siglo XX, se han realizado varias pesquisas en busca de la respuesta sobre otras formas viables de transmisión de Mycobacterium leprae, específicamente garrapatas, chinches, pulgas, piojos y mosquitos. 13–16

Se han detectado bacilos ácido alcohol resistente (BAAR) en Aedes aegypti y en Culex fatigans poco después de picar personas afectadas por la hanseníase, pero la especie bacteriana no se ha identificado.17El ADN de M. leprae fue encontrado en chinche hematófago (Rhodnius prolixus) por la técnica de PCR, 18 y especies de garrapatas (Amblyomma sculptum) y líneas celulares de garrapata Ixodes scapularis fueron infectadas experimentalmente con M. leprae. 19

Así, hay indicios de que los artrópodos parecen tener su potencial como portadores del M. leprae, pero no hay pruebas de transmisión para seres humanos.

Mamíferos

Los estudios han demostrado la presencia de M. leprae en algunas especies de mamíferos como el búfalo, 20 el chimpancé, 21 y el mono mangabe, 22 y de M. lepromatosis en las ardillas rojas. 23 Además de estos, los armadillos se han destacado como los más importantes para el estudio de la enfermedad, 24 ya que son susceptibles a la infección por M. leprae tanto realizada en laboratorio como natural y de esa forma se consideran un modelo animal para reproducir la hanseníase. 25 Así, principalmente los armadillos de la especie Dasypus novemcinctus y Euphractus sexcinctus, pero también otras especies son susceptibles al M. leprae y por lo tanto se consideran una fuente potencial de infección para los humanos. 26.27

Así, se planteó la hipótesis de que las especies de armadillos se considerarían reservorios de M. leprae y posibles transmisoras de la enfermedad en la medida en que estudios sobre la correlación entre el contacto de los humanos infectados con la bacteria y los armadillos. 28,29

Las evidencias que apoyan un mayor riesgo de la hanseníase mediante el contacto con armadillos salvajes infectados o portadores de M. leprae provienen de una serie de estudios realizados en Brasil y los Estados Unidos.

Cinco estudios se basaron en Brasil, uno en el estado de Paraná, 30 dos en Espírito Santo, 31.28 uno en Ceará, 32 y uno en Pará. 33 Todos, excepto el estudio de Pará, fueron estudios de caso-control reclutando pacientes con hanseníase actual de ambulatorios, aunque en el estudio de Deps et al. 2003 también se reclutaron pacientes que anteriormente tenían hanseníase de un hospital ´´colonia´´ 31 Los controles fueron seleccionados de pacientes que acudían a las mismas clínicas por otras razones. El estudio de Pará se basó en una visita de investigación a dos pueblos, con 7 casos (3 anteriormente diagnosticados, 4 diagnosticados por el equipo de estudio) de una muestra de 146 personas. 33

Los tres estudios de EE.UU tuvieron un diseño de caso-control, con casos identificados en un ambulatorio del Texas Center for Infectious Diseases en San Antonio, 34 relatados el año pasado al departamento de salud del estado o al Hospital del Servicio de Salud Pública en Carville, Louisiana, 35  y frecuentando un ambulatorio del Los Angeles County - University of Southern California Medical Center. 29

Una meta-análisis basada en estos estudios muestra que las personas que tienen contacto y/o comen carne de armadillo tienen más del doble de posibilidades de desarrollar hanseníase en comparación con las personas que no comen o no tienen contacto con armadillos (Figura 1).

En Brasil, donde la caza y el consumo de armadillos es una práctica común e ilegal, 36 la fracción de hanseníase en la población atribuible al contacto o consumo de armadillos dependerá de la magnitud del riesgo, del tipo y frecuencia de contacto y consumo, y de cuán común esas prácticas se encuentran en las comunidades, junto con la contribución de otras vías de transmisión (de humano a humano) para M. leprae y la susceptibilidad inmunológica de los indivíduos. En los países con baja incidencia de hanseníase y en los países que tratan de eliminar la hanseníase, pueden ser importantes los reservorios zoonóticos y otros reservorios ambientales de infección. En los países endémicos, las recomendaciones relativas a los reservorios zoonóticos deben incorporarse a las directrices oficiales de lucha contra la hanseníase.

Figura 1. Riesgo relativo de la enfermedad de Hansen (odds ratio, OR) comparando grupos expuestos a armadillos salvajes con grupos no expuestos.

Referencias bibliográficas